PREVENIR ES LLEGAR ANTES

A partir del miercoles 6 de abril en Jose M.Moreno 1224 comienzan a las 9 hs.las charlas sobre el espacio de prevención y asistencia de conductas adicitivas para secretarios de rama y delegados. La ofrecemos las lic. Roxana y Claudia Belda.
Prevenir, es llegar antes.

GUÍA PARA PADRES
A muchos de nosotros nos preocupa la forma en que la adicción a las sustancias puede afectar a nuestra familia. Es importante que los padres de familia nos preparemos para hacer frente a este problema desde el seno de nuestro hogar. ¿Sabés con quien se junta tu hijo? ¿Tenés miedo que pueda caer en consumo de sustancias? ¿Te cuesta poner límites? ¿No sabés si decirle que si o que no a que se vaya de vacaciones con amigos? ¿Sentís que puede perder el control de sus acciones? ¿Lo notás distinto y no sabes cómo acercarte él? Hay situaciones que se repiten en las historias de vida de los adolescentes que caen en el consumo:
Menor control de los padres
Menos límites o límites más flexibles
Menor cantidad de responsabilidades
Mayor contacto social con la gente y más salidas nocturnas
Mayor presión del grupo de pertenencia
Mayor disposición a nuevas experiencias y situaciones
Mayor oferta de drogas
Estas son algunas de las preguntas que te podés hacer para estar atento al comportamiento de tu hijo:
¿Conocés el grupo de amigos de tu hijo?
¿Sabés si el lugar donde está parando es seguro?
¿Controlás la hora a la que llega?
¿Le sentís olores extraños?
¿Se encierra mucho tiempo en su cuarto?
¿Tiene salidas extrañas sin aviso?
¿Tiene conversaciones telefónicas o encuentros con desconocidos?
¿Lo notas agresivo?
Cuando llega de bailar ¿tiene las pupilas dilatadas?
¿Duerme todo el día?

Vale aclarar que varias respuestas afirmativas a cualquiera de estas preguntas pueden orientarte sobre si tu hijo consume sustancias, pero tené en cuenta que algunos de estos síntomas pueden surgir en chicos que no se droguen y estén pasando por otra situación. Mejor que preocuparse es ocuparse.
El amor y la frustración hacen crecer a una persona. Lo mismo pasa con los límites. Si sobreprotegés a tu hijo, lo ahogás y lo asfixiás; convirtiéndolo así en una persona dependiente.
Si no le pones límites, ayudás al desarrollo de una personalidad de características psicopáticas y, como no le transmitiste la imagen de autoridad, la buscan fuera de tu casa a través de conductas transgresoras, en autoridades sociales como la policía o el poder judicial.
Los adictos por regla general son personas que tienen carencias afectivas y de límites, es decir, presentan dificultades en la incorporación de las normas.

¿Por qué cuesta poner límites?
Por miedo a ser rechazado por tu hijo.
Por miedo a quedar como un «viejo»
Por comodidad, ya que es más fácil decir siempre «si».
Por llegar a tu casa cansado, después de una intensa jornada laboral
Aquellas familias que no tengan un sistema de normas (todas las familias las tienen explícita o implícitamente, aunque no lo sepan) estarán condenadas al fracaso.
Sugerencias para que trasmitas valores y normas
Comunicarlos abiertamente para que tu hijo los conozca.
Reconocer que tus acciones afectan al desarrollo de los valores de tu hijo, ya que los chicos, en algunos casos, copian tu comportamiento.
Que tus actos coincidan con tus palabras.
Que puedas reconocer cuando te equivocas.
Tips a tener en cuenta a la hora de poner límites
Se concreto. Decile a tu hijo cuáles son las normas y qué comportamiento esperarás de él y cuáles serán las consecuencias de su falta de cumplimiento. Cuáles serán los castigos, en qué forma se aplicarán, cuánto tiempo representarán.
Actuá coherentemente con tu pareja. Es muy negativo que vos impongas un límite y el otro no lo haga cumplir, o que tu hijo se ampare en alguno de los dos para no cumplirlo.
Se razonable. No agregues nuevas consecuencias que no hayan sido convenidas. Evitá amenazas como: «Tu padre te va a matar cuando vuelva a casa».
Se firme, respeta tu palabra.
Recordá que los límites tienen el propósito de servir como aprendizaje. Los castigos no deben ser físicos sino pérdidas de privilegios. Perderá privilegios más grandes cuanto mayor sea la norma transgredida.
Ejercé tu autoridad de padre con amor. No te pegues al grupo de amigos «rejuveneciéndote» y pretendiendo ser un amigo: las relaciones padre e hijo no son relaciones de pares.
Comunicate con tu hijo. Escuchalo, dale tiempo para conversar.
Comunicate con tu hijo
La comunicación es de vital importancia. Una familia que se comunica es una familia sana. Estas son algunas sugerencias básicas para lograr una buena comunicación con tu hijo.
Aprendé a escuchar.
Prestá atención sin interrumpir hasta que él termine de hablar.
Hacé contacto visual con tu hijo mirándolo a los ojos.
Presta atención al lenguaje corporal.
No existen vacunas contra la droga ni soluciones mágicas, solo los valores y normas familiares opuestos al uso de drogas, en combinación con un fuerte vinculo entre padres e hijos y una comunicación abierta, promoverán el desarrollo saludable y reducirán las posibilidades de que tu hijo recurra al consumo.

Lic. ROXANA BELDA Lic. CLAUDIA BELDA