RELATOS SALVAJES…

* Esperar el 188 a veces se hacía insoportable, sobre todo cuando empezaba a oscurecer en Villa Albertina. Marita, la chiquita de 14 años, esperaba pacientemente para poder llegar al predio para jugar Hockey, con su palo y su pilcha deportiva «Y sí… no es una zona fácil, ni agradable, pero vale la pena. Desde que estoy en Camioneros, la verdad, me cambio la vida. Mi Papá colabora cuando puede, porque se quedó sin trabajo y yo tengo tres hermanitos más, por suerte mis compañeras y las profes me ayudaron para que no dejara y acá no les hago gastar nada, porque nos dan todo»….

* «Sacá a los chicos y llevalos a la casa de tu vieja», le gritó Ruben a su mujer, al ver que el agua avanzaba. Sin piedad la tormenta los dejó en ¨bolas¨ y a los gritos y por más que se encomendaran a todos los Santos, el río superó las marcas y se llevó puesto el ranchito. Seba avisó al club que no podía volver a entrenar, porque había que ayudar en casa. Pués al otro día, el Camión llegó cargado de frazadas, colchas, comida y hasta televisores, que los padres también donaron, para paliar en parte la desgracia natural…

* «Que tal, si me permite, yo soy psicólogo del club y vine a verlos porque Miguelito me dijo que quizás necesitaban ayuda». En Trasnradio, en el Conurbano bonaerense, a 6 cuadras del asfalto, la historia llevaba a cubrir otra necesidad, tratar por problemas de alcoholismo y violencia, que repercutía diréctamente al jugador y los suyos «los invito sin gastos a que sigan el tratamiento en familia mi consultorio»…

* «Salimos a las 12 de la noche en dos camiones, en uno llevamos la comida y el otro las frazadas y la ropa», el termómetro marcaba 4° y el cielo parecía caerse. La recorrida fue por todo el centro de la ciudad, casi 150 indigentes en situación de calle, con un plato de guiso carrero y agua mineral, tuvieron un día diferente. Un grupo de voluntarios se acordó de ellos…

* La cuadra de Aráoz de Lamadrid al 600 parecía un «campo de batalla», el incendio del conventillo dejaba a 32 familias sin casa y para colmo de males, la lluvia de fines de Agosto complicaba aún más las cosas. El edificio contiguo corría riesgo de derrumbarse y la policía impedía el ingreso, para evitar males mayores. Muchos menores fueros asistidos en el Comedor Infantil. Pasaron los meses y la acción de los compañeros no cesó. Ayudaron levantar algunas de las casas y hace poco regresaron a su hogar…

* El centro venía voleado desde la derecha, los dos saltaron a cabecear, el de camiseta Verde cayó mal apoyado sobre su pierna derecha, torciendo su rodilla. «Pará, quedate tranquilo que inmovilizamos la zona». La resonancia dió su veredicto: «cruzados rotos» y al «cuchillo». -Sabe que pasa doc. que yo soy el único sostén de mi familia, no puedo dejar de laburar-. Los dirigentes del club ordenaron la internación de Matías y un viático hasta tanto se recupere, que cubra las necesidades del chico, que procedió a la rehabilitación en una clínica del gremio…
Todo parecido con la realidad es pura coincidencia…