CON CÁSERES, EL FÚTBOL SIEMPRE SERÁ UN JUEGO

Deténgase en la imágen, por ejemplo, y vea como su toque sutil elimina a los hombres platenses que fueron a la marca. O simplemente, recordarlo escribiendo su nombre: FRANCO CÁSERES.
Y entónces sucede el habitual milagro de la memoria. Casi sin querer se desatan nuevamente las imágenes. Irrumpe el jugador entre el desorden de papeles, levanta con ráfagas de fútbol las ganas de creer otra vez más. Lo venimos encontrando y perdiendo a la vuelta de cada partido desde su llegada. Asoma a veces tímidamente como un chico, saluda, juega un rato y se va. O crece, como el sábado, hasta convertirse en el hombre para toda la cancha, creando espacios o cambios de ritmo a un solo toque de talento. Así lo distinguen nuevamente los aplausos, especialmente cuando levanta la cabeza (como en el segundo gol) en medio del jeróglífico que le aplicó el contrario e impuso una sutileza para asistir a Vico. Tan importante fue que le pusieron una marca en zona para poder taparlo, por eso es una cuestión de honor rescatarlo a la hora de la última reflexión.
Con la esperanza a cuestas vamos dejando atrás a ADIP esperando el choque frente a Independiente en el Lungarzo. Cada vez más confiados por los resultados y porque con jugadores como FRANCO CÁSERES el fútbol siempre será…un juego.