PREVENCIÓN: LA FAMILIA COMO SOSTÉN PARA EL ADICTO

La familia juega un rol muy importante dentro de la recuperación de la persona que sufre de adicción a sustancias, comportamientos y descontrol de las emociones. Por ello, es necesario que se informe de cómo está relacionada y afectada por la enfermedad de su ser querido.
Hay que tener en cuenta que la familia recibe de manera frontal el impacto de una adicción, de modo que no existe familia que no se afecte y muestre síntomas de disfunción cuando uno de sus miembros padece de la enfermedad. Paradójicamente, la familia afectada por la adicción, termina produciendo un sistema de conductas que apoya al desarrollo de la adicción.
No todos los familiares llegan a ser co-dependientes pero sí, están afectados por las consecuencias directas o indirectas de la enfermedad. El apoyo, participación y recuperación de la familia son importantes, para que la persona con adicciones pueda superar sus problemas. Hay que tener en cuenta que la enfermedad no sólo afecta al paciente sino también afecta a todos los miembros de su entorno.
¿Qué es la co-dependencia y cómo afecta a la familia?
La co-dependencia es la enfermedad de la familia y de las personas íntimas del adicto. Es producto de la manera de procesar del cerebro de la persona afectada con la enfermedad. Si el cerebro de la persona enferma procesa de modo diferente, todas sus funciones empiezan a deteriorarse. De esta manera, se deterioran las relaciones familiares, las sociales, las económicas, las laborales; en sí, todo lo relacionado a los procesos cerebrales. Esto desemboca en que la persona enferma tenga una mala imagen de sí mismo, como que si todo lo que hace, dice, piensa y siente está mal.
De igual modo, con el tiempo, los familiares comienzan a deteriorar sus sentimientos, actitudes y pensamientos del mismo modo que la persona que padece la enfermedad. Ahí surge la incomprensión. Es como si se hablara en diferentes idiomas, y los familiares, al igual que la persona enferma, comienzan a sentirse mal por sus comportamientos que, sumados al sentimiento de culpa, hace de las relaciones y de la vida un infierno.
Por ello, si se desea recuperar a una persona no es posible si paralelamente no se recupera a la familia. De ahí que nosotros le damos mucha importancia a la recuperación familiar. No es real suponer que todo se solucionará si se deja de consumir sustancias, se cambia de comportamiento o emociones. También es necesario que todos en la familia recuperen sus emociones y disfruten de una vida normal.
Co-dependientes son, también, las personas que están enamoradas o casadas con un adicto, o tienen un padre o un abuelo adicto, o crecieron en familias reprimidas. Como la adicción, la co-dependencia es una enfermedad porque tiene un inicio, un curso de desarrollo con síntomas definidos y un fin. Por ello, es necesario que las familias con un integrante sufriendo de adicción también sean tratadas.
La co-dependencia es un trastorno producto del entorno en el que hemos crecido y en el que nos han educado. La persona co-dependiente sufre por cosas por las que realmente no le corresponde sufrir, monopoliza el sufrimiento ajeno y lo hace suyo, al mismo tiempo que se olvida de sus verdaderos problemas, los propios. Es necesario saber los factores relacionados para poder evitar y controlar este perturbador desorden.
La c-odependencia puede ocurrir en cualquier persona que está en contacto con la adicción de otra , ya sea un familiar, amigo, compañero, o pareja. Además, existen otros desordenes de conducta y enfermedades que pueden generar codependencia, tales como la esquizofrenia, la violencia, el maltrato y las neurosis. Toda persona expuesta a estos desórdenes, puede desarrollar co-dependencia. Muchas veces alguien que la ha desarrollado, por crecer en una ambiente disfuncional adictivo, no manifiesta grandes síntomas hasta que se casa o forma una relación de pareja.
La co-dependencia se origina en las familias disfuncionales y convierte a los miembros de esas familias en personas hiper-vigilantes. Al estar el ambiente familiar tan lleno de estrés debido a la violencia, la adicción a sustancias, las enfermedades emocionales de sus miembros etc.; la persona co-dependiente enfoca su atención hacia su entorno para defenderse de algún peligro real o imaginario. El estado de alerta es una defensa de nuestros cuerpos, algo temporal que nos ayuda a defendernos en momentos de peligro. Pero cuando ese estado se vuelve crónico, la persona pierde el contacto con sus reacciones internas, ya que todo el tiempo su atención está afuera de sí misma.
Por ello es necesario que las familias con un integrante sufriendo de adicción también sean tratadas para poder superar aquellos problemas que no permiten llevar una vida saludable ni feliz.

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