GONZALO «EL PATÓN» BASILE SIGUE ADELANTE

Gonzalo Basile, de 38 años, tiene un récord de 57 triunfos (28 por nocaut) y 8 derrotas, sigue adelante. El ex- Campeón Latino pesado interino de la OMB y del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y actual títular Mundo Hispano ( CMB ) y Nº 3 en el ranking argentino,el bonaerense Gonzalo “El Patón” Basile, De lunes a viernes, «El Patón» se levanta temprano, desayuna un cortado en el café de «El Rafa», en Brasil y San José, a media cuadra del Sindicato de Camioneros, y se va a entrenar. Corre junto a su preparador físico alrededor de Parque Patricios, hace pesas, ya la tarde retoma la actividad en el gimnasio de Huracán, donde se pone los guantes y vuelve al barrio -otra vez a lo de «El Rafa»- para almorzar con su señora y su hijo. Duerme la siesta y corrige la técnica de golpe. Está afiliado al Sindicato de Choferes de Camiones desde hace 18 años. Trabajaba como recolector de basura hasta que Hugo Moyano decidió apoyarlo (soy un eterno agradecido a HUGO y a PABLO, ellos son todo para mi como deportista) y darle una licencia para que pudiera dedicarse al boxeo. En su pantalón y su remera -verdes- se lee una leyenda gigante: «100% camionero». «Yo tengo tatuado el escudo justicialista en el pecho y el rostro de Eva y de Perón en la espalda», se levanta la remera y lo muestra. «Todos me preguntan de dónde saqué este fanatismo por el peronismo y siempre digo lo mismo: por mis propios medios, por investigar, por leer, por escuchar a la gente que vivió en esos momentos».
Cuando entra al gimnasio causa una mini revolución. Todos lo miran, lo saludan, le chocan el puño como gesto de bienvenida. Camino al vestuario, ayuda a un ciego que va en la misma dirección, lo guía.
Sabe que llama la atención. Tiene claro que su aspecto -lo dice- lo convirtió en una cara famosa del movimiento camionero. Le gusta salir en la tele y que lo reconozcan en la calle. Se confiesa: «Me encantaría estar con Tinelli en Bailando por un Sueño».
La dieta de «El Patón» para bajar 20 kilos. Decidió ponerse a dieta y no por obligación. Para los «peso pesado» no hay límite en la balanza, pero «El Patón», con 127 kilos, se sentía lento. Le faltaba agilidad y destreza arriba del ring. «Estaba un poco torpe, por eso decidimos con mi técnico y preparador físico ajustar la parte de entrenamiento y la parte de dieta», cuenta sentado a la mesa del bar de «El Rafa», donde almuerza y desayuna todos los días. «Acá me cuidan y me hacen comida light», dice mientras abraza al dueño del local, Rafael, un viejito sin dientes detrás de la barra. Bajó 20 kilos. Abandonó las tres facturas diarias con las que desayunaba y la pizza del mediodía. Ahora elige arroz hervido, pollo, carne al horno, verduras y frutas; no toma gaseosas ni alcohol. «En general me cuido, trato de comer comida sana. Por ahí no es el cien por ciento de lo que tendría que hacer porque a veces me doy uno que otro gusto; soy un ser humano y una persona como cualquiera». Rafael interrumpe la conversación y agrega: «El Patón me hace renegar porque come mucho, pero ahora está mejor, se cuida». Su debilidad son los postres: «Soy muy goloso, me gustan mucho las cosas dulces, si me das un plato de comida o una porción de torta, yo elijo la torta». Y va el Patón, un tipo agradecido a quienes les han tendido una mano.