INFANTILES Y M18: EL SUEÑO DE CRECER

Definitivamente no hay mejor muestra del trabajo que la cosecha. Y hoy Camioneros Rugby recogió su siembra. Estas son las jornadas por las que se trabaja todos los días, todas las noches, todos los mensajes entre los profes, los coordinadores, madres y padres tutores… No hay otra forma de demostrar que las cosas se están haciendo bien. Más allá de la que fue la vuelta oficial de las infantiles hay que sumarle que hoy Banco Hipotecario se tiñó de verde porque también fue la M18 a hacer de las suyas. Pero, vamos por partes: infantiles desde las 10.30am llegando a Celina con toda su gente, desde la escuelita con sus 4 años hasta la M14 esperando su paso a juveniles. Así es que 40 pibes volvieron a ser felices, ¿Por qué? Por el hecho de volver a jugar su juego. Ese que les enseñó que lo más importante es divertirse y hacer amigos. Ese que hasta hace casi dos años le enseñaba de valores y no de competencias. Y hay que decir la verdad, no perdieron nada de lo que venían sumando a la educación que sus familias les dio. Todos ordenados, todos respetando, todos ayudando y todos de verde. Las canchitas para escuelita toda verde, la cancha 1 con sus sectores marcados con conos y con sus amistades de Hipotecario esperando. Todos divirtiéndose, todos aprendiendo, haciendo de su infancia un tiempo feliz. Hubo tackles, hubo trys, debuts de los más nuevos, algún llanto por que las cosas no salían también. Pero donde hay un llanto hay profes que contienen y acompañan a transformar esa frustración en ganas de volver a la cancha para intentarlo de nuevo así se pueden ir a casa con una sonrisa. Por eso esta disciplina es el juego que te enseña a caerte y levantarte una y otra vez ante los problemas.
Hay tiempo para la M18 obviamente, como que no. Pero ahí si que hay competencia y salen a dejar todo por eso el resultado arrasador: 5-53 a nada menos que Banco. También hubo debut y trys de debutantes, también hubo compañerismo con los de enfrente y como que no si estos pibes vienen de las entrañas del club y saben lo que es bueno. Por eso también algunos tienen ganas de estar ayudando en las infantiles de su club como entrenadores y salen de papel de profe para ir corriendo con su división a entrar en calor. Esos engranajes son los que mueven la maquinaria enorme que nunca frena y crece día a día.
Suena repetitivo, pero sinceramente no es verso, el camión no deja de sumar kilómetros y que valen oro no hay duda. Suma día a día, mejora a cada paso, crece a cada minuto y se afianza en un terreno que hace años atrás quizás parecía inimaginable.