CAMIONEROS RUGBY: TERCERA TEMPORADA

Dos días de comenzado el mes de febrero y el inicio de actividades no se hizo esperar en el predio de Esteban Echeverría. Los chicos de infantiles y juveniles se acercaron en un gran número para la tercera temporada de Camioneros Rugby.
Sábado de calor a pleno sol y diversión para las infantiles que sorprendió con una gran cantidad ya que seguramente todavía muchos estarán de vacaciones y por eso demoran el regreso al club. Eso no impidió podes hacer una reunión con las familias que si se acercaron y dar comienzo formalmente a la temporada. Como siempre el entrenamiento tuvo sus juegos aunque en este caso se multiplicaron para que se haga aún más espectacular la vuelta y quede atrás ese tiempo en que no se anduvo por el segundo hogar. Aunque ya están acostumbrados a la diversión y a que los profes hagan juegos divertidos este entrenamiento tuvo su toque de color con el cierre en una hermosa y nunca pasada de  moda “guerra de bombuchas” que desató la alegría de los más chicos de la institución que obviamente nunca imaginaron que eso era un pequeño truco de los profes para que se refresquen mientras se divierten. Por el lado de juveniles la alegría de volver era grande también pero… en esas instancias las responsabilidades son otras y obviamente luego de la bienvenida y la charla de regreso a los entrenamientos se paso netamente al trabajo físico. Un trabajo duro para que la puesta a punto sea de lo mejor: abdominales en potencia, flexiones de hombros, pasadas de velocidad… y la recomendación del “Piti” Pozella el PF que les aseguro que mañana les iba a doler todo y por eso debían hacer el regenerativo para aplacar esos dolores. Dato de color pero a la vez no menor: mirando a los chicos que ya están en su tercer año consecutivo se notaba la diferencia en el cambio del físico. “Están más grandes” se escucho a uno de los profes y otro le contestó “¿Lo viste? Tiene un trapecio así” mientras con su mano la pasaba por encima del propio hombro y con ella hacía un gesto como si tuviera una pelota entre la espalda y sus dedos.
Los frutos están cada vez más a la vista, las familias están cada vez mas identificadas con el deporte y ni que hablar con el club, las ganas no se achican, las caras ya son “figurita repetida” y se siguen sumando caras nuevas a cada paso. Si uno cierra los ojos y se pone a proyectar no le alcanzaría la imaginación ni el tiempo para poder visualizar lo que se va a seguir logrando viajando en la cabina de este camión.