ALTA GOLEADA

Los años van pasando, casi en forma inexorable. Hace algunos hubiéramos titulado «Lo pasó al cuarto», «Le llenó la canasta», «Le pasó el trapo o la franela», hoy el titular dice ALTA GOLEADA.Y cuando faltan solamente 4 fechas para la finalización del campeonato y más allá del encanto de la incertidumbre del resultado CAMIONEROS no detiene su marcha. Fueron 9 y pudieron ser más. Sin embargo y aunque parezca mentira este partido también nos dejó mucha tela para cortar, analizar y corregir. De eso habrá tomado debida cuenta el cuerpo técnico, que se aplica en buscar hasta los detalles mínimos armando la base para lo que parece inexorable, llegar al Argentino C. Hubo goles de todas las facturas: de emboquillada, entradas a la carrera, oportunos anticipos, contrarestando la ley de offside, de media distancia. Un monólogo, que se abrió con el primero de Nazar a los 6′ y aunque el empate llegó rápido y de penal, el derrumbe de Real Oeste era inevitable, por la diferencia física, técnica y táctica. Y como siempre en estos casos, con una diferencia tan marcada GANAR así es un arma de doble filo, pero…NUNCA olvidemos que los resultados mandan y hoy este equipo ha conseguido el 93% de los puntos en disputa y otro de los motivos que atenta contra la posibilidad de encontrar en un campo de juego un espacio para la libertad, para la libre expresión de sus protagonistas es que hoy el fútbol vive en una nefasta dictadura del éxito. Del éxito como sinónimo de resultado. El resultado como única medida. El resultado como único valor destacable. Pero este tipo de éxito es sólo para unos pocos. Y si son pocos los exitosos, entonces serán, dentro de este esquema, muchos los fracasados. Es por eso que el fracaso, en el fútbol, es sinónimo de temor. Y el temor trae avaricia, trae desconfianza. El temor nos muestra un futuro de incertidumbre, de inestabilidad. Entonces la reacción lógica es protegerse, no mostrar todas las cartas, esconder, guardar para mañana, utilizar sólo lo necesario, lo que está probado que funciona y no dejar que la improvisación asome. No intentar. No arriesgar. No inventar. No crear. No creer. Y eso todo lo contario de lo que hace hincapié este cuerpo técnico: intenta, crea, arriesga, inventa…cree, porque los sueños son eso: creer y apoyados por el trabajo diario, muchas veces se convierten en realidad.

Daniel Geller