AGREGARLE SILLAS AL JUEGO…

EDITORIAL: Una de las maneras que los chicos aprenden a divertirse es el juego de las sillas, mientras ensayan comportamientos sociales. Hasta en programas de televisión los utilizan como una prenda para obtener el premio mayor. Cuando la música se detiene los participantes buscan rápidamente adonde sentarse, partiendo de la premisa que siempre hay menos asientos que personas. Quizás de esa manera los chicos van tomando conciencia, en forma lúdica, de lo que significa la escasez de medios y el riesgo que representa no estar debidamente preparado para atender las reglas que uno acepta al participar. El desconcierto de algunos, las trampitas de otros, y el ver descolocados muchos, es parte del espectáculo. En la actividad cotidiana todos sabemos que hay menos sillas que postulantes.  La música que muchos ponen para que uno baile, puede terminar intempestivamente y dejarnos de a pie, sin música y sin asientos. En otro plano, la lucha por las sillas vacías son conflictos tácitos entre quienes la disputan. En realidad pensamos que en todo conflicto de este tipo una de las partes está equivocada en el cálculo de las fuerzas propias y ajenas. En muchos casos podemos llegar a la conclusión que el ochenta por ciento de las luchas podrían predecirse en su resultado final, es decir que esos enfrentamientos a muerte eran ilógicos pues había en el tiempo un ganador seguro. Sin embargo muchos de los actores en esos encontronazos pierden noción de la realidad y de las probabilidades. Es como si se obnubilaran dentro un círculo vicioso de pequeños razonamientos, que siguen siendo pequeños aunque se griten a viva voz. Muchos de estos conflictos no dan felicidad, ni paz, ni capacidad, a quienes participan de ellos. Nos atrevemos a decir que implican en ciertos casos la pérdida de esos valores, que son tan esenciales y que simbolizan la vida. Es que el hombre cuando desea más de los que necesita, termina deseando lo que tiene el otro, y en vez de construir eso que apetece, pretende apropiárselo inmerecidamente. Para cierta gente es más fácil quitar que hacer, aunque finalmente es mucho más doloroso para todos. Como colofón en CAMIONEROS elegimos AGREGAR SILLAS y UNIR VOLUNTADES para ser cada día MÁS GRANDES. Esa es la ruta que elegimos.