ÁRBITROS EN CHIVILCOY: «EL SECRETO DE SUS OJOS»

No es la primera vez que lo escuchamos. Si usted recorre los torneos federales en la provincia de Buenos Aires, existe un «secreto a voces» acerca de un manto de sospechas sobres los arbitrajes en Chivilcoy. Por supuesto que sería necio negar errores propios del juego, aciertos de los rivales, pero, subyase con actitudes, faltas con criterios disímiles, cortes evidentes, que tienen absoluta incidencia en el trámite, que van «sacando» al rival, que se da cuenta como «sin querer queriendo» se vuelcan las decisiones sobre un arco. Recorran las crónicas, consulten delegados, dirigentes, jugadores, buceen y verán que existe un común denominador: en Chivilcoy se hace difícil..casi imposible. ¿Casualidad, causalidad?….El fútbol es un juego y, como tal, es una actividad reglada, pero quien conduce «conoce» como aplicar el reglamento a su manera. Sin sus reglas no existiría la posibilidad de saber cuándo se ha concretado un gol o se ha cometido una infracción, pero existen formas de impedir progresar de un modo sistemático, eso es al menos sospechoso. Además, las reglas de juego son obligatorias, lo cual significa que ellas deben ser acatadas por todos los participantes, no por algunos, solamente. Para el caso de inobservancia, los árbitros son los encargados de restablecer el orden y de sancionar la transgresión. La figura de un árbitro deportivo debe reunir las cualidades de idoneidad, competencia y de imparcialidad (¿tantos medios pueden estar equivocados?). En nuestra sociedad, y ahora se advertiría también en el fútbol, este órgano destinado a la aplicación de las normas con corrección, eficiencia e imparcialidad parece en ciertos casos a cargo de personas que estarían dispuestas a subordinarse a otros poderes. Una vez dadas, estas situaciones no son fáciles de revertir. El único camino, entonces, es la designación de los más competentes (Teléfono para el Consejo Federal y para los dirigentes de los diferentes clubes, que debieran ocuparse de ver a quien designan, antes…porque después son «cartera») y de los más independientes en lugar de aquellos más permeables y que merecen la sanción de los responsables. Hay normas y debe haber encargados imparciales de juzgar su inobservancia. En Chivilcoy, se notó claramente, que estuvieron ausentes.